Las mujeres de verdad tienen curvas (2002)


EE.UU. 90 min.
Dir: Patricia Cardoso
Rep: America Ferrera, Lupe Ontiveros, Ingrid Oliu, George Lopez, Brian Sites, Lourdes Perez.
(Real Women Have Curves)

Ana, joven de familia mexicana que vive en Los Ángeles, acaba de terminar el instituto. Su profesor le anima a que pida una beca para estudiar en la prestigiosa Universidad de Columbia, pero su madre no le da permiso para ello, porque entiende que su hija no necesita ir a la Universidad para aprender las cosas importantes de la vida: atender la casa, criar a los hijos y cuidar del marido. Y la madre reza para que encuentre un marido cuanto antes, pero cree que no lo conseguirá si no adelgaza, y no duda en decirle una y otra vez que está gorda.
Ana comienza a trabajar en la pequeña fábrica de costura de su hermana, donde confeccionan elegantes vestidos de la talla 38, vestidos que ninguna de las mujeres que trabajan en la fábrica tendría dinero para comprar y en los que ninguna de ellas entraría.
Cuando un compañero del instituto le propone a Ana salir juntos, ella no acaba de creer que a él ella le pueda gustar.

Preciosa película que habla de cómo esta sociedad  impone unas tallas en las que las mayoría de las mujeres no entran, cómo impone unos modelos de belleza que hacen que a las mujeres no les guste su cuerpo y cómo esto dificulta sus relaciones. ¿Cómo encontrame en  la intimidad con otra persona, piel con piel, si no acepto mi cuerpo?
El cuerpo de cada mujer es diferente y su belleza proviene del hecho de que es único, de que es el único con el que cada mujer siente y goza. Valorar nuestros cuerpos desde los criterios de la belleza estética, en relación a modelos exteriores, nos lleva a entrar en el mercadeo de los cuerpos.
Ana dice, en un momento de la película, que le gusta su cuerpo. Pero no se lo cree. Y ese es el camino que tendrá que recorrer.
Si bien ésta es una película sobre mujeres, queremos destacar, por poco común en el cine, el comportamiento de los tres hombres que aparecen en la misma: el novio de Ana, su padre y su abuelo. Hombres que, lejos del modelo de masculinidad hegemónica, escuchan, respetan, aceptan y son tiernos.

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