Normal (2003)


EE.UU. 113 min.
Dir: Jane Anderson.
Rep: Jessica Lange, Tom Wilkinson, Hayden Panettiere, Joseph Sikora.

Irma y Roy forman un matrimonio que acaba de celebrar su 25 aniversario. Viven en la Norteamérica rural, y son un ejemplo de matrimonio para la comunidad: trabajadores, creyentes, generosos. Pero Roy ha guardado toda su vida un secreto con el que ya no puede seguir: siempre se ha sentido mujer y cree que no debía haber nacido con ese cuerpo. Cuando decide hacerlo público y empezar a tomar hormonas antes de realizar una cirugía de reconstrucción genital, pone en riesgo su matrimonio, su trabajo, la aceptación de la comunidad... Roy tiene dos cosas claras: que quiere ser la mujer que es y que ama a su esposa. Y pide sólo una cosa: "un poco de respeto.”

La película habla de la transexualidad aceptada y hecha pública ya en la madurez de la vida, de qué significa ser hombre o ser mujer, de la diversidad como riqueza, y de cómo nuestra sociedad teme y rechaza la diversidad, lo que no es "normal". Pero ¿qué es lo normal?


(Spoiler! Se recomienda seguir leyendo sólo después de haber visto la película puesto que se da información sobre la trama)

Otra pregunta que plantea el film es: ¿qué es ser una mujer? Irma está en la menopausia y sigue un tratamiento hormonal; su hija ha tenido su primera menstruación, su cuerpo empieza a desarrollarse, no quiere llevar sujetador, se viste de modo masculino y le parece una incomodidad ser mujer; y Roy, corpulento y con su voz grave, hombre para todos, para él mismo siempre mujer, empieza a hormonarse para sentirse como lo que es, una mujer. Y ¿qué es ser una mujer?
Cuando Irma le dice, enfadada, que su caso no es “natural”, él le responde que no es el único que toma hormonas en casa. Y es que, ¿qué significa “natural”?
Cuando el reverendo le pregunta a Roy qué es lo que te atrae de ser mujer, Roy desmonta su pregunta, con otra pregunta “¿Qué es lo que le atrae a usted de ser hombre?”. No es cuestión de lo que le atrae, sino de lo que íntimamente es. Porque el hecho de ser hombre o mujer no es una decisión, sino un descubrimiento, algo que no se puede elegir.

A Irma la revelación de Roy le pone en un abismo. Llevan 25 años casados, conoce el cuerpo de Roy, han compartido la cama, han tenido dos hijos... Ella “sabe” que es un hombre. Es imposible para ella comprender que él sea otra cosa. Ella quiere recuperar a su marido, que todo sea como era antes. Roy le dice que no, que eso no puede ser. Pero desde su firme decisión de mostrarse como la mujer que es, Roy le ofrece seguir a su lado, ya que ella es la mujer que ha amado, que ama, y que seguirá amando.
Irma necesita entender: “Cuando estamos en la cama...¿eres hombre o eres mujer?”. Y Roy desmonta esa pregunta con su respuesta: “Te hago el amor como yo mismo.”
Irma le pregunta para qué quiere tener una vagina, qué va a hacer con ella, que para lo único que ella ha tenido una vagina es para recibir dentro de ella un pene. Y él le responde que la cuestión no es qué va a hacer con ella, sino que así se sentirá completo. Aunque ante esto podríamos hacernos muchas preguntas, dadas tanto las complicaciones de las operaciones de reconstrucción genital, como las bases para la aceptación del propio cuerpo.
Irma a veces llora y a veces ríe. Y poco a poco va aceptando la realidad de Roy, con todo el dolor que ésta le causa. Cuando su hijo mayor le pregunta si le “gusta papá como mujer”, ella le responde con el corazón, desde el amor: “Lo que me gusta es tenerle vivo. Y me gusta tenerle conmigo”.
Irma resume su vida de pareja: “Roy, te he dado mi juventud... he dado a luz a tus hijos... te he dado mi atención completa y exclusiva...durante 25 años. Y ahora estoy renunciando a todas mis convicciones... para que te sientas completo. Dime, ¿qué otro sacrificio puedes querer de mí?” Y añade: “Y, en honor a la verdad... tú has hecho lo mismo por mí.” Se han “sacrificado” el uno por el otro por amor, por que es lo que han querido. Y por encima de todas las dificultades lo van a seguir haciendo. Por amor.

El amor está por encima de las etiquetas homosexual y heterosexual. Una persona puede sentirse preferentemente atraída por hombres, o atraída por mujeres. Pero cuando ama a alguien, le ama, por encima de todo eso. Cuando el hijo le pregunta a Roy “¿Como hombre eres hetero y como mujer eres homosexual?”, Roy le responde: “No, tu madre es la persona de la que me enamoré. Estamos juntos porque nos queremos.”

El reverendo es un ejemplo de lo que no debe hacer alguien que se dedique al asesoramiento. Primero no entiende que es lo que le están planteando, y equivoca la transexualidad con la homosexualidad. Después le da a entender a Irma que quizás ella tenga algo de responsabilidad en lo que le pasa a Roy, con lo que no sólo se equivoca de nuevo, sino que hace que ella se cargue con cosas que no son suyas, generando en ella un gran sentimiento de culpa. Después le transmite a Irma  la “compasión” que sienten los feligreses por ella y su hija;“Yo no soy una viuda, pastor” le responde ella. Y finalmente, de nuevo errando, le da permiso para separarse, sin culpas, ni arrepentimientos; “Pero él es mi corazón. Mi corazón.” le dice ella. El reverendo no ha entendido nada. 

El padre de Roy se jacta de que de niño le pilló un día vestido a Roy con la ropa de su hermana y le castigó a pasar la noche en el granero desnudo. “No se le volvió a ocurrir hacerlo.”afirma con orgullo. Y así arrastrará Roy en secreto su condición, sin hablarlo nunca con nadie. Este es el resultado de prohibir a los niños ser ellos mismos: no poder compartir su realidad.

El hijo mayor, que se supone más moderno (vive en la ciudad, viaja, participa en orgías...) muestra la cara de la incomprensión. Nunca ha tenido una buena comunicación con su padre, y ahora se ríe de su él ante sus amigos.

Al principio Irma y Roy tienen miedo de contarle lo que está pasando a su hija, y piensan que quizás se enfade, pero justamente es ella quien mejor elabora lo que está sucediendo. Pregunta y pregunta para saciar su curiosidad, y se lo toma con mucho humor: “¡Mamá! Papá y yo gastamos la misma talla de sujetador!”.
Además a ella le parece un rollo ser mujer, le parece que “Es más fácil ser hombre”, y le pregunta a Roy porque quiere renunciar a todo eso. No le gusta la feminidad, prefiere llevar ropas masculinas. Es bonito ver cómo Irma que no quiere que Roy se vista de mujer, le impone a su hija que se ponga ropas femeninas, que se ponga sujetador, porque “demasiado masculina” es ya. 
“¿Y qué tiene de malo?” le pregunta Roy. Que va a sufrir, que en el colegio no la dejarán en paz...“Que intente ser como todas.” afirmna Irma. Es decir “normal”. Que la hija sea una mujer “normal”, que Roy sea un hombre “normal”, es decir que sigan las normas...

Terminamos esta reflexión con algunas definiciones del diccionario de la RAE:
normal. (Del lat. normālis).
1. adj. Dicho de una cosa: Que se halla en su estado natural.
2. adj. Que sirve de norma o regla.
3. adj. Dicho de una cosa: Que, por su naturaleza, forma o magnitud, se ajusta a ciertas normas fijadas de antemano.
natural. (Del lat. naturālis).
1. adj. Perteneciente o relativo a la naturaleza o conforme a la cualidad o propiedad de las cosas.
3. adj. Hecho con verdad, sin artificio, mezcla ni composición alguna.
6. adj. Regular y que comúnmente sucede.
naturaleza. (De natural y -eza).
1. f. Esencia y propiedad característica de cada ser.
4. f. Principio universal de todas las operaciones naturales e independientes del artificio. En este sentido la contraponen los filósofos al arte.
artificial. (Del lat. artificiālis).
1. adj. Hecho por mano o arte del hombre.
2. adj. No natural, falso.



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